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Iniciamos rescate arqueológico en ex bodegas de viña fundada a fines del S. XIX


En el contexto de un nuevo proyecto, este lunes 11 de septiembre, GMC Ambiental dio inicio a las labores de rescate arqueológico en antiguas bodegas de guarda de vino, sitio de gran relevancia histórica y patrimonial.


En particular, nuestros equipos profesionales se desplegaron en el terreno donde, en el año 1876, fue fundada una de las principales empresas del sector vitivinícola del país.


Además, en esas mismas instalaciones, a principios del siglo XX, se erigió una de las estaciones del ferrocarril conocido como "Ferrocarril de Circunvalación" o "Cintura", un servicio de transporte urbano operado por la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE).


El "Ferrocarril de Circunvalación" abarcaba una distancia de aproximadamente 14 kilómetros en forma cuadrangular, conectando las estaciones Mapocho y Providencia, y sirviendo como enlace entre las áreas periféricas e industriales de la ciudad de Santiago durante parte importante del siglo XX.


Su historia


El servicio ferroviario fue concebido con la finalidad de satisfacer las necesidades más apremiantes de la capital, abasteciéndola de productos agrícolas y manufacturados, así como impulsar las actividades industriales que se concentraran en sus alrededores, al mismo tiempo que se buscaba la incorporación del transporte de pasajeros.


Después de contribuir al desarrollo de Santiago durante varios años, en 1940, el crecimiento de la ciudad superó los antiguos límites que habían caracterizado a Santiago desde sus inicios, expandiéndose hacia el sur y el oriente, lo que obligó a tomar medidas.


En ese contexto, los alcaldes de diversas comunas de la época solicitaron la eliminación del trazado de circunvalación. "El ferrocarril constituía un elemento de división en la ciudad y representaba un constante peligro, ya que la vía se encontraba en la superficie de la calle, lo que generaba riesgos significativos para la población", argumentaron en ese entonces. Esta solicitud fue aceptada por el gobierno, que encargó un estudio al arquitecto austriaco Karl Brunner, cuyo informe final recomendó la eliminación de la línea.


A partir de la década de 1940, de manera gradual, los ferrocarriles comenzaron a abandonar la línea. En una primera etapa, la estación Providencia fue demolida para dar paso a lo que hoy conocemos como el Parque Bustamante, mientras que la Estación Ñuñoa fue reconstruida un poco más al sur, en la calle San Eugenio. Desde ese momento, el servicio se centró en atender a las empresas ubicadas cerca de las estaciones Alameda, San Diego y Santa Elena, junto con sus 45 desvíos ferroviarios destinados a esta actividad.





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